ARTíCULO DE OPINIÓN / Por: Yordan Arroyo
¿Autoritarismo cancelatorio o falsas acusaciones en el campo cultural y literario?(Respuesta a Yadira Calvo Fajardo y análisis de posteriores dinámicas operativas)
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¿Autoritarismo cancelatorio o falsas acusaciones en el campo cultural y literario?
(Respuesta a Yadira Calvo Fajardo y análisis de posteriores dinámicas operativas)
(Respuesta a Yadira Calvo Fajardo y análisis de posteriores dinámicas operativas)
Por: Yordan Arroyo Poeta y lector apasionado
- ¿Democracia y libertad de expresión?
El día 3 de marzo de 2025 recibí un mensaje de la señora Emilia Macaya Trejos, en referencia a un artículo propio publicado en el medio español “Culturamas”[1]. Dicho texto pone en tela de discusión asuntos como el tráfico de influencias, arribismo cultural y otras cuestiones dudosas y problemáticas también relacionadas con el campo literario. Ofrecí respuestas concretas respecto a suposiciones suyas sobre Yadira Calvo Fajardo, que dieron paso a expresiones como “Me tranquiliza, en alguna medida, su respuesta, pues me extrañó muchísimo ese párrafo”. A pesar de mis aclaraciones, hubo insistencias y presión, porque en apariencia, mis denuncias podían confundirse y aludir a la señora Calvo Fajardo. Dicho esto, a pesar de que tales alusiones no fueran de mi responsabilidad, volví a responderle, con firmeza y respeto, que yo no estaba poniendo en duda ni en descrédito el nombre e imagen profesional de la señora Calvo Fajardo, con quien llegué a compartir en persona de manera amena y profesional, como parte de mis intereses por reivindicar los excelentes aportes humanistas de Faustino Chamorro González a la cultura y letras costarricenses.
Cuando recibí este tipo de mensajes me sorprendí mucho, debido al excelente y muy cordial y profesional trato que siempre he tenido con la señora Macaya Trejos. No obstante, la sorpresa fue mayor cuando el día 15 de marzo de 2025 recibí una carta firmada por las señoras Macaya Trejos y Calvo Fajardo, quienes utilizan, entre otras expresiones autoritarias, el verbo “imponer”, con el afán de que yo cambiara, en mi artículo de marras, mis pensamientos y opiniones por el de personas ajenas, en este caso ellas. Además, la carta fue enviada a terceros, propiamente la Academia Costarricense de la Lengua (ACL), lo que ya empezó a convertirse en un incómodo intento de acatamiento contra mi persona. Además, empecé a notar una violación de dos artículos de la Constitución Política de la República de Costa Rica:
Artículo 28: “Nadie puede ser inquietado ni perseguido por la manifestación de sus opiniones ni por acto alguno que no infrinja la ley.”
Artículo 29: “Todos pueden comunicar sus pensamientos de palabra o por escrito, y publicarlos sin previa censura; pero serán responsables de los abusos que cometan en el ejercicio de este derecho, en los casos y del modo que la ley establezca”.
Ante estos hechos, me vi obligado a escribir y enviar una carta, el día 17 de marzo de 2025, a la ACL, a la Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE). Allí expreso algunas dudas de carácter académico y ético, con mucho respeto, y no hago acusaciones ni violento la integridad de ninguna persona en específico. La RAE me contestó de inmediato, de manera puntual y amable, con documentos importantes y de acceso público respecto al uso del lenguaje inclusivo, entre ello, en su última tendencia, en su sentido extremo, y a la constante evolución y actualización de la materia (según desde el ángulo que desee abordarse). La respuesta con respecto a Costa Rica no fue la misma que recibí en España.
2. ¿Un mundo académico, literario y científico sin ética?
Además de mis consultas a la RAE y a la ASALE, algunas dudas académicas y éticas, sin dobles intenciones, quedaron pendientes para la ACL, pensando siempre en uno de sus objetivos, según el artículo 2, inciso h, del Decreto Ejecutivo Nº. 22073-MEP, del 2 de marzo de 1993: “Evacuar las consultas que las autoridades administrativas o judiciales sometan a la Academia para que se pronuncie en asuntos de su competencia”. Por supuesto que parto del hecho crítico de que a la ACL le debería incumbir, entre otras cuestiones, qué perfil de personas están seleccionando para integrar tal institución. Es una entidad correspondiente de la RAE y debería ser protegida y defendida por cualquier ciudadano de letras, en correspondencia esperada de prestigio y por supuesto ética profesional.
De manera sorprendente, a pesar de que el artículo 27 de la Constitución Política de la República de Costa Rica es bastante claro en el derecho a respuestas inmediatas: “Se garantiza la libertad de petición, en forma individual o colectiva, ante cualquier funcionario público o entidad oficial, y el derecho a obtener pronta resolución” y varios artículos, entre ellos el 6 y el 13 (artículo de sanción salarial por incumplimiento de pronta respuesta) de la Ley de Regulación de Petición N° 9097, la ACL se pronunció hasta el día 16 de junio de 2025, tres meses después.
A través de oficio ACL-P-44-2025, la ACL me brindó una respuesta excusando y manifestando varios aspectos, entre ellos, problemas técnicos, omisión de temas de carácter académico y ético que en apariencia no les compete y avalando y manifestando calificaciones peligrosas en mi contra, entre ellas, se me acusa de ser autor de “difamaciones temerarias”, mediante acuerdo y redacción, según consta en el archivo enviado a mi correo electrónico, de “D. a Yadira Calvo Fajardo, D. a Emilia Macaya Trejos, D. Víctor Sánchez Corrales, D. Carlos Cortés Zúñiga y D. Alexánder Sánchez Mora”.
A su vez, entre otros asuntos, se me atribuyen responsabilidades asumidas por la propia ACL, entre ellas, que la señora Marta Rojas Porras fue electa en su institución bajo tráfico de influencias. Estas afirmaciones son propias de la ACL y por tanto, el hecho de asumirlas es responsabilidad de ellos, no mía. Este tipo de actitudes me hicieron tomar la decisión de cerrar mi comunicación con ellos, tras no hallar esperanzas de un diálogo productivo, según respuesta mía, firme y respetuosa, el 17 de junio de 2025 a sus correos electrónicos.
3. ¿El poder de los lobbies en la cultura?
Si bien recientemente, en pleno 2025, un lobby impidió que un ser ilustre como Luis Alberto de Cuenca ingresara a la RAE, este tipo de situaciones no solo suceden en una reciente España en donde resuenan los avisperos, sino también en países que siguen siendo colonias simbólicas y estratégicas, principalmente de Estados Unidos. Los lobbies han estado vinculados, desde hace años, a la cultura de cualquier país, en varias ocasiones para mal, pues suelen ejercer su poder con autoridad, a veces violencia y en el peor de los casos cancelación, tras tener en sus manos muchos privilegios de caviar que les permiten crear redes y sectas que actúan bajo la imposición de sistemas operativos en específico y con dineros públicos en juego.
Para entender la dimensión del principal problema que aqueja a este artículo, desde su morfología y dinamismo en Costa Rica, es necesario retroceder hasta el 23 de marzo de 2025. Ese día, la señora Calvo Fajardo, a pesar de mis respuestas a la señora Macaya Trejos y a la ACL, propiamente, bajo envío al secretario, el señor Carlos Rubio Torres, publicó un artículo de opinión en el medio costarricense LaRevista.cr[2]. Allí arremete bajo matonerías y burlas contra mi persona y dice, entre otras cuestiones, leerme con “estupor”. Todas estas acciones fueron publicadas por el propio Rubio Torres (a quien envié mi carta el 17 de marzo de 2025) en su cuenta personal de Facebook y condujo a campañas de burla, ataques y cinismo contra mi persona, pero en el mayor de los casos, desnudez del desconocimiento de muchas personas a la hora de asumir varios de los temas allí expuestos y en tela de juicio.
Ahora bien, por aquel entonces, no fue de mi interés brindar una respuesta al escarnio público fabricado por la señora Calvo Fajardo, pues tenía esperanza de una respuesta de altura por parte de la ACL, en línea con mis expectativas de admiración y prestigio hacia tal institución, aunque esto no fue así, pues ellos mismos incurrieron en la dinámica de lesionar mi libertad de expresión, opinión, pensamiento e incluso, al parecer, evadir la posibilidad de solicitar el control de bienes públicos y rendición de cuentas, según se apunta en el artículo 11 de la Constitución Política de la República de Costa Rica y otros, entre ellos, el artículo 3 de la Ley de Regulación de Petición N° 9097.
3.1 ¿Los nuevos caballos de Troya de hoy?
No es casualidad que la ACL haya agradecido y avalado textos, entre ellos de Marta Rojas Porras, que pretenden lesionar mi imagen profesional mediante, entre otros asuntos, tergiversación, desconocimiento y descontextualización de datos. Tal es el caso de declarar, en un documentado firmado por ella, que no es la dueña de la editorial “Siempreviva”, pues esta está inscrita en la “Sociedad Anónima Cuatricromías”, a la que dice no pertenecer. Dicho esto declara que ella trabaja allí como editora. Solo con este dato la ACL tenía material suficiente para montar una investigación seria, pero no quisieron, según consta en la respuesta que hicieron llegar a mi correo el 16 de junio de 2025. Por tanto, parece ser que la ACL no maneja filtros profesionales respecto a quién ingresa o no en tal institución, según yo lo pensaba, y mucho menos les interesa solicitar rendición de cuentas sobre las actuaciones antiéticas de sus integrantes. Creo en un país con intelectuales comprometidos éticamente, de principio a fin, con el bienestar social.
La actitud de irrespeto hacia mi persona por parte de la ACL al avalar datos falsos que intentan dañar mi imagen profesional y la respuesta avalada de la señora Rojas Porras son muy importantes para mi investigación porque me remiten, por un lado, a encubrimiento y padrinazgo, lo que podría asumirse como complicidad y por otro, a un sofisma clave. Esta última herramienta retórica resulta fundamental porque forma parte de un modus operandi identificado, gracias a mis investigaciones basadas en el método de la sociología experimental, en otros casos de posible tráfico cultural en Costa Rica, en donde han aparecido escritores como Fadir Delgado Acosta, Carlos Manuel Villalobos Villalobos, Gustavo Solórzano Alfaro y Byron Ramírez Agüero.
Debo argumentar, en contra de los sofismas e intentos de dañar mi imagen profesional, por parte de la señora Rojas Porras, que la editorial “Siempreviva” sí pertenece a ella. Su fecha de creación data de 2022 y su primera publicación fue el libro El asedio de la memoria (2022) de Jorge S. Massey. Por eso, el día 26 de junio de 2022, su hija Marcela Soto Rojas publicó en su cuenta personal de Facebook las siguientes palabras: “Primera publicación de Editorial Siempreviva, emprendimiento de mi mamá, Marta Rojas. Libro El asedio de la memoria, de mi cuñado Jorge S. Massey Mi admiración y felicitación para ambos”. Acto seguido, pueden mirarse las palabras de la señora Rojas Porras en tal edición:
Además, por si hicieran falta pruebas, adjunto el siguiente documento oficial de la Dirección General de Tributación del Ministerio de Hacienda, tras recibir un pago de casi un millón de colones el día 20 de noviembre de 2023. Reitero, mis investigaciones hasta hoy siempre han respondido a usos indebidos de dinero público y a partir de ello he podido realizar sus respectivos análisis de hechos y pruebas:
Ahora bien, dado que está bastante claro que la editorial “Siempreviva” pertenece a Marta Rojas Porras, resultados que la ACL, teniendo todo un equipo de investigadores, decidió ignorar para arremeter contra mi imagen profesional, es necesario preguntarse a partir de cuándo la señora inscribió su editorial en la “Sociedad Anónima Cuatricromías” (a la que dice no pertenecer) y por qué se atreve a aplicar sofismas a Víctor Sánchez Corrales, a quien debería respetar por ser no solo su amigo, maestro, director de tesis (licenciatura y maestría), compañero de proyectos de investigación, entre otras cuestiones, desde los años ochenta, sino una de las personas que la postuló para que sea nueva y reciente integrante de la ACL, institución que él preside. Sea cual sea el caso, en materia de investigación y legal podríamos estar ante un hecho de falsedad ideológica. En caso de afirmarse mi hallazgo, esta acción podría ser penada por ley según lo dictamen los respectivos órganos jurídicos costarricenses.
En esta misma línea, sorprende que se hayan asumido responsabilidades y respuestas a preguntas que nunca dirigí o bien que nunca destiné a una persona en concreto, sino a su docta corporación (como la propia ACL nombra a su institución), con el propósito de que me ofrecieran, tras reconocer mentes brillantes allí dentro, una investigación seria de varios de los hechos allí puestos en duda, sin ninguna intención inquisitorial, como lo llegaron a interpretar bajo juicios que no poseen base sólida en mis escritos. Mis intenciones siempre fueron académicas y éticas.
Por ejemplo, esta dinámica en mi contra condujo a la misma señora Rojas Porras a revelar que una obra de investigación, sin especificar título, que galardonaron en los Premios Nacionales 2024 no necesitó de su persona para defenderse, aunque lo extraño del caso es que yo nunca les solicité respuestas respecto a los Premios Nacionales de Investigación, pues mis estudios no han abordado todavía ese eje temático, tras concentrarse principalmente en literatura. Tal respuesta y responsabilidad fue asumida por la propia Rojas Porras en su carta enviada al señor Víctor Sánchez Corrales, con material otra vez fuera de contexto. Quizás parte de la respuesta se encuentra en su modus operandi de victimismo y tergiversación de datos, según consta en una publicación, en su cuenta personal de Facebook, del día 18 de junio de 2025, en donde aparecen las siguientes palabras en una imagen “La verdad es el arma de la gente honesta. Con la mentira atacan los cobardes y con la traición los miserables”.
Al respecto, la señora Rojas Porras ya había utilizado esta dinámica operativa de victimismo y alteración de datos, cuya única intención es lesionar la imagen profesional de otras personas, así consta en sus siguientes palabras escritas el 30 de noviembre de 2021, para justificar por qué tuvo un supuesto atraso con un proyecto becado por el Colegio de Costa Rica: “una serie de inconvenientes por problemas de perspectiva, de desconfianza y delirios de persecución con la persona que se me había recomendado que asumiera esta labor, me atrasaron y casi inmovilizaron. Hasta fui objeto de amenazas y difamaciones. Tuve la intención de desistir del proyecto, pero logré empoderarme y retomarlo”. En el presente contexto, este modus operandi suele ser utilizado como un arma de poder y por esta razón, sus emisores acuden a la autoagresión.
No obstante, esto no solo sucede con la señora Rojas Porras. En este marco de acciones, como si de un modus operandi se tratara, también con el propósito de lesionar mi imagen profesional, se encuentra la señora Calvo Fajardo, quien en su artículo de opinión, también avalado y apoyado por la ACL, afirma asuntos nunca dichos por mi persona, cito algunas pruebas y las analizo:
A) «El artículo sugiere que quienes hemos obtenido algún premio es porque “nos lo han dado” “los amigos” o a causa de algún tipo de “fraude”» Nunca he dicho ni sugerido que “todos los costarricenses” que han obtenido premios sea porque se los han dado los amigos o bajo causa de “fraude”, asuntos en los que la propia señora Calvo Fajardo concluye por su cuenta. Hay costarricenses a quienes admiro muchísimo y cuyos premios he aplaudido y aplaudiré, porque desde mi criterio lo merecen, razón por la cual también he estudiado sus obras. Ahora bien, por supuesto que considero que existen premios, promociones y distinciones dadas por amiguismo y fraudes, y les aseguro que muchas mentes piensan igual que yo. Por eso, en la actualidad existe un movimiento de escritores por la transparencia, quienes están analizando y denunciando este tipo de prácticas. A pesar de mi decisión de trabajar e investigar por cuenta propia, distante de grupos, ese tipo de acciones las valoro y respeto, porque dan indicio de posibles cambios en la cultura costarricense o bien, restar pasividad y opio para sumar acción y pensamiento.
B) “se lee una queja del autor por no haber recibido premios a pesar de su “esfuerzo, lucha, pasión, sacrificio, valores, honestidad” y varios etcéteras, durante años”. Es injustificable que la señora Calvo Fajardo se atreva a lanzar una falsedad de tal tamaño. En primer lugar, nunca he enviado trabajos propios ni me he sometido por cuenta propia a premios en Costa Rica y en segundo, cargo conmigo méritos que ningún costarricense nunca antes había recibido, mucho menos a la edad que alcanzo.
A su vez, dado que la señora Calvo Fajardo ya ha reiterado en dos ocasiones supuestas quejas de mi parte hacia premios de “todos” los costarricenses, asunto que no es así, debo argumentar que yo no soy responsable de la crítica que le hizo el señor Alberto Cañas Escalante a su Premio Magón 2013, con dos votos en contra, según consta en el periódico Semanario Universidad[3].
Ante estos hechos insólitos, aclaro, soy un profesional que inicia una carrera literaria y académica honorablemente. Incluso, salí de Costa Rica sin colaboración institucional interna alguna, sino por mi cuenta, bajo méritos propios. Esto me permitió ser, entre otras cuestiones, el primer costarricense en el área de filología en ganar una prestigiosa beca del Banco Santander para realizar estudios de maestría en la universidad más antigua de España, la tercera en el mundo. Siempre he representado a mi país con inmenso orgullo. Por eso defendí con honores mi Trabajo Final de Máster, poniendo en alto el nombre y la obra de una exmiembro de la ACL, Mía Gallegos, quien no fue la única escritora en decidir abandonar tal institución, según también lo hizo Ana Cristina Rossi. Primero se investiga y luego se opina para no caer en graves faltas contra el honor.
C) “Lo que sugiere el articulista, hablando en plata blanca, es que una de esas tres personas, o dos de ellas, o las tres, han sido nombradas mediante contubernios y chanchullos”. Nuevamente, la señora Calvo Fajardo me atribuye difamación, lo cual no es cierto porque nunca mencioné nombres: hice una observación crítica en general, debido a mis principios éticos por el bienestar del país donde nací, al que en ningún momento pretendo “tijeretear” por una especie de capricho, como lo asevera, en otro párrafo, la referida señora en su artículo de opinión. Ella puede pedirle mis correos de respuesta a la señora Macaya Trejos, para que lea con calma y detenimiento mis palabras, si es que acaso no lo ha hecho.
Ahora bien, cuando hablo de preocupantes sesgos por parte de la señora Calvo Fajardo y sus acólitos, actúo desde la ética profesional del investigador. Presento enseguida argumentos y pruebas:
D) “¡Y no! que no!, que nadie acusa de patriarcal al aire acondicionado”. Es alarmante que una integrante de la ACL, en su caso particular, dedicada durante años a la difusión, en Costa Rica, de los muy valiosos feminismos, ignore un hecho tan indignante como el que denuncié en mi artículo y se atreva a decir “¡Y no! que no!, que nadie acusa de patriarcal al aire acondicionado”. Resulta increíble que mi artículo, sometido a su juicio, lo tome como polilla para hacer mofa en mi contra, lo que ha conducido a otras personas, entre ellas escritores, directores de editoriales, profesores universitarios, catedráticos, estudiantes, gestores culturales, editores y hasta un pastor neoliberal con sello político PAC-FA, a caer en esta misma práctica de choteo, ya denunciada, a inicios del siglo XX, por un referente casi único de la cultura costarricense, doña Yolanda Oreamuno, a través de su artículo “El ambiente tico y los mitos tropicales” (1939)[4].
Un caso concreto de este tipo de dinámicas vulgares es el de Gustavo Solórzano Alfaro, quien a pesar de estar actualmente involucrado en un caso de plagio en el país (en proceso de investigación jurídica), con dinero público en juego (lo cual, según lo dictaminen los órganos correspondientes, podría ser penado bajo la ley), y a partir de ello el consejo universitario de la Universidad Nacional Estatal a Distancia (UNED), en sesión 30-59-2025, le solicitara mantener una imagen profesional en público, estas peticiones parecen no importarle y por eso, en un artículo totalmente fuera de contexto que publicó el 24 de marzo de 2025 la escritora costarricense Selene Fallas comenta lo siguiente:
Estas palabras responden, en similitud dialógica, a burlas por parte de la señora Calvo Fajardo en el cierre de su referido artículo. No solo preocupa que existan amplios niveles de cinismos en empleados públicos de cualquier país, mucho más cuando trabajan en el campo cultural, sino la mínima destreza de investigación antes de hacer comentarios que terminan exponiendo la pobreza de pensamiento de sus emisores.
Definitivamente, no se ubicó la señora Calvo Fajardo, ni quienes siguieron su juego, en el contexto de publicación de mi artículo en España, respecto a una concejala del partido político Podemos[5], y en la estación de verano, con olas de calor exorbitantes y cada vez más drásticas. Es indignante que la referida señora haya publicado un artículo divulgativo para hacer escarnio público en mi contra y sacar mis argumentos de contexto para terminar moldeándolos según sesgos, siendo desconocedora del mito descontextualizado de tendencia cultural socialista estalinista “El aire acondicionado es (micro)machista”[6].
E) «Aunque el autor afirma que a él lo han pretendido callar es necesario dejar claro que eso es lo que menos pretendemos. Por dos veces, la académica, doctora Emilia Macaya, y una vez más ella y yo, le hemos pedido que diga nombres, pero a eso no se atreve, tal vez por lo que dice Ernst Jünger: “El homicida mata con el cuchillo, el difamador con la uña y sin riesgo, como el escorpión”». A pesar de mis cordiales respuestas a la señora Macaya Trejos, ella comenzó a insistir, ahora de manera autoritaria, acaso agresiva, junto con la señora Calvo Fajardo, para imponerme acciones que violentan mis derechos humanos, entre otros, respecto a la Constitución Política de la República de Costa Rica, a partir del incumplimiento de los artículos 28 y 29. Esto se confirmó, todavía más, cuando la señora Calvo Fajardo publicó su artículo de marras, en donde me terminó amenazando por el hecho de supuestas calumnias de mi parte, cuando ella, con nombres y apellidos (“señor Yordan Arroyo”), además de dudar, de manera muy peligrosa, si es posible compararme con un “homicida” en tanto “difamador”, afirma asuntos nunca dichos por mi persona, según lo demostré en los párrafos anteriores.
F) Curioso, porque cuando repaso el pensamiento de algunos de los más famosos “ilustrados”, como Rousseau, Kant, o Locke, lo que encuentro no es, precisamente, lucha por la igualdad de los derechos de los seres humanos, sino la exclusión. Preocupa que la señora Calvo Fajardo haya publicado un artículo de opinión para hacer escarnio público en mi contra y seguir sacando mis argumentos de contexto y moldearlos según intereses y sesgos. Cuando me refiero a la ilustración en ningún momento caigo en la pobreza educativa de referirme a filósofos con pensamientos normalmente ambiguos y misóginos como los de Rousseau, Kant o Locke, sino al fenómeno de la ilustración como tal, sin el que no hubiera existido el feminismo, en tanto integra una parte importantísima del humanismo, pues este nació bajo el seno intelectual de la propia ilustración (feminismo ilustrado).
Es notable que la señora Calvo Fajardo se preocupó más por hacer escarnio público contra mi persona e intentar lesionar mi imagen en vez de leer, entre otros, libros de mi conocimiento e interés profesional como por ejemplo: Feminismos en la Ilustración: Condorcet · Démar · Poullan · Raoul · Tristán (2024) de Silvia Soriano Moreno, con traducción de los textos del francés al castellano por parte de Lino València i Montes.
G) “Apareció, eso sí, con el fin de luchar contra el pensamiento basado en la desigualdad”. Preocupa abiertamente que la señora Calvo Fajardo se atreva a opinar acerca del fenómeno del wokismo postmoderno, tema complejo que llevo varios años investigando, mediante un absoluto desconocimiento de la materia, razón por la cual tergiversa incluso conceptos, según lo podrá comprobar más en detalle en un artículo científico mío de pronta publicación. Aunque por el momento, antes de atreverse a escribir sobre lo que desconoce, debería detenerse a leer un libro de cabecera como lo es La Religion woke (2022) de Jean-François Braunstein y acaso cuando comprenda tal fenómeno, pueda leer, desde una mirada crítica, el libro Woke: A Guide to Social Justice de Titania McGrath (pseudónimo), y hago la aclaración para que no se vaya a tomar en enserio, como lo que es, una Biblia leída por las masas populares.
H) “en esta cultura a la que pertenecemos, durante siglos, no se ha intentado cancelar a nadie por ser un hombre ni por tener piel blanca.” No deja de sorprender que una persona tan admirada como Calvo Fajardo se atreva a opinar, con tanta seguridad, y supuesta erudición, sobre temas que desconoce en su totalidad. Decir que no existen ejemplos de cancelación contra hombres y por tener piel blanca solo revela conocimientos anquilosados, para ello es necesario remitir, entre una amplia lista, a los libros Cynical Theories: How Activist Scholarship Made Everything about Race, Gender, and Identity — and Why This Harms Everybody (2020) de Helen Pluckrose y James Lindsay y Études classiques et “cancel culture” (2025) de Monique Mund-Dopchie.
Por otra parte, es indignante que haya audios circulando, de una persona allegada a una integrante de la ACL, en donde se afirma que yo he acosado y perseguido a la señora Rojas Porras y al señor Víctor Sánchez Corrales, palabras cuya línea sigue Rojas Porras al infundir graves prejuicios en mi contra en una carta enviada al señor Sánchez Corrales, quien la avaló y agradeció. A su vez, que se haga alusión, en los referidos audios, a la carta que les envié, con respeto y privacidad profesional, el día 17 de marzo de 2025 y cuya respuesta inesperada la recibí hasta el 16 de junio de 2025. Estos mensajes, al circular en espacios culturales donde hay varias personas, entre ellas integrantes de la ACL, cae en una dinámica que nunca apoyaré: intento de dañar mi imagen profesional bajo sarna, alteración de datos y delito contra el honor sin posibilidades de defensa. Una difamación de este tipo me parece sumamente indigna y peligrosa como para pasarla por alto en cualquier país.
En esta misma línea, es alarmante que los mensajes de tales audios coincidan, respecto a las mismas palabras, aunque sin mencionar a la señora Rojas Porras y al señor Sánchez Corrales, con ataques emitidos desde este perfil falso vinculado a la escritora Fadir Delgado Acosta, desde donde, junto con otros perfiles falsos asociados también a Carlos Manuel Villalobos Villalobos, recibe halagos:
4. Síntesis crítica
Así como la señora Calvo Fajardo afirmó en su artículo de opinión que las calumnias son delito, en este estudio, con pruebas y análisis de hechos, he expuesto no solo una lista amplia de difamaciones coactivas en mi contra, con todo y sesgos, sino que también he expuesto otro claro modus operandi más, cercano a la cancelación, mediante dinámicas autoritarias, de choteo, victimismos, matonerías y de escarnio público infundado, asunto inherente a la presencia de lobbies, peligrosos, en sus acciones agresivas, encubiertas, victimistas, colectivas y de falta de ética, para la cultura de cualquier país.
A su vez, los hallazgos aquí expuestos podrían sumar varios nombres de interés a los vagones de una cada vez más posible, abierta, fragmentada y visible red de tráfico cultural en Costa Rica y a saber si más allá de tales hermosas tierras, siempre atractivas para colonizadores y neocolonizadores, en este caso culturales globalistas neoliberales, cuyas cabezas giran y actúan en torno a mandatos y espejos de una Medusa que opera y seduce desde el Norte, y a la que solo suele criticársele la actual cabeza en el poder, sin tener las capacidades de ver más allá del iceberg y tener un panorama diacrónico de hechos mundiales, como sucede con las estrategias y agendas geopolíticas.
El fenómeno que titulé, el 12 de febrero de 2025, “María Musgo”, por si algunas personas todavía no lo han comprendido, es una propuesta propia que responde científicamente a la metáfora de la cultura de un país en crisis angular, en tanto su propia identidad o identidades, en medio de tantas búsquedas y caída de sus mitos (máscaras), se terminó convirtiendo en un plagio cultural, económico y político. Detrás suyo existe un proyecto de desmembramiento de pensamientos, valores, propuestas e ideas, provocado por lo que ya no es la postmodernidad, reacción ontológica a la crisis de la modernidad, sino un más allá que he nombrado ultrapostmodernidad fragmentada o acaso, una metapostmodernidad, en donde el sujeto, así como sus ideas, desaparecen y son condenados al vacío y a una vida ficticia y de postureo creada por las redes sociales en cadena con la corporativización tecnológica (uno de los nuevos paradigmas neoliberales del mundo de las artes y letras).
Por estas mismas razones, considero que la “ChatGPT”, tecnología artificial de plagio, como más o menos la llamó Noam Chomsky, brotó, a manera de mímesis aristotélica, en el momento preciso y eclosivo de crisis identitarias y de “avisperos”, en donde los conceptos de hombre, mujer y ser humano fueron sometidos a un pozo sin fin ni salida, porque como ya nos lo enseñó Platón, requerimos de la materia para no ser sometidos por los excesos de la ilusión de lo intangible, carne de donde los lobbies comen para alimentarse y convertirse en los nuevos seres antropófagos (devorador de humanos) de absurdas mitologías cibernéticas administradas por campañas esquizofrénicas de lo así llamado “políticamente correcto”, inyectadas, eso sí, siempre con un tipo de combustible llamado “dinero”.
*Los puntos de vista, las ideas o argumentos presentados por el autor en este artículo de opinión son de su propia responsabilidad y no refleja necesariamente la postura o la línea editorial de la revista.
[1] https://www.culturamas.es/2025/03/02/eunice-yolanda-victoria-carmen-y-chavela-malinchistas-despues-de-maria-musgo-costa-rica-y-su-actual-filosofia-postmoderna-woke/
[2]https://www.larevista.cr/yadira-calvo-pensamientos-critico-o-difamacion/?utm_source=facebook&utm_medium=jetpack_social&fbclid=IwY2xjawK-1YtleHRuA2FlbQIxMQABHgTPat8rR4vavu-ozy5B6fSiqWAGPLqPK8K71pqOtwxRInl-1R6SYCnEW8Ss_aem_8wdQzeoHV126Hlza_Y5v7A
[3] https://historico.semanariouniversidad.com/cultura/polmica-por-premio-nacional-a-informe-11-las-historias/
[4] https://www.jstor.org/stable/j.ctvtxw1wh.11
[5] https://www.youtube.com/watch?v=fkXY5DtfVdY
[6] Para acceder a un artículo basado en el contexto español, véase el siguiente enlace https://www.elmundo.es/papel/historias/2021/07/13/60edc5bee4d4d8ff788b45a1.html Acto seguida, para acceder a una prueba basada en las consecuencias de las olas de calor en España, véase el siguiente enlace: https://www.sigmados.com/el-calor-afecta-al-estado-de-animo-del-80-de-los-espanoles-sigma-dos-yo-dona/?fbclid=IwY2xjawK9hhVleHRuA2FlbQIxMABicmlkETBaQ3o4RzhKUkdLM0hxQUg1AR5DaGgrp0QteBiAiinGXVehXj_
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Yordan Arroyo:
Poeta y lector apasionado. Máster en “Textos de la Antigüedad Clásica y su Pervivencia” de la Universidad de Salamanca, misma casa en donde es investigador predoctoral. Correo electrónico: idu17933@usal.es
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